martes, 15 de octubre de 2013

Sobre el Robinson de ayer…hoy (Parte I)

La próxima semana celebraremos un año más del Natalicio de un gran venezolano como lo fue Don Simón Rodríguez o como le conocemos también Samuel Robinson. En un primer momento se le piensa como uno de los maestros más influyentes del autor de la epopeya independentista americana, Simón Bolívar. Fue un importante pensador del siglo XIX tanto que su más destacado estudiante lo llamó "El Sócrates de Caracas". Aunque muchos de sus escritos se perdieron en un incendio en Guayaquil luego de su muerte, se salvaron muchos otros que prueban la connotada forma de pensar que contribuyó a la revolución de las ideas de ese siglo convulsionado por los deseos de libertad y autonomía.
Desearíamos cada maestro, convencido de nuestra vocación, impulsar en la actualidad sus preceptos para forjar muchos estudiantes que logren conquistar lo que aquel Bolívar no vio consolidado en su momento. De claro pensamiento racional, crítico y profuso evidenció con creces sus amplios conocimientos sin erigirse como un sabio o erudito. La humildad sin duda permea sus huellas en la historia de la América ilustrada. Maestro de primaria con la sabiduría que según los estándares hoy pareciera caracterizar a un doctor universitario. Promotor de escuelas talleres (sí esos espacios que hoy llamamos Escuelas Técnicas) que en su época significó burlas y persecuciones  a lo que señaló "Hay ideas que no son del tiempo presente, aunque sean modernas, ni de moda aunque sean nuevas. Por querer enseñar más de los que todos comprenden, pocos me han entendido, muchos me han despreciado…". Ni aun la vejez detuvo al maestro en continuar su lucha contra la ignorancia sostenido por tres aspectos importantes: la fortaleza, la comprensión y la rebeldía (Rumazo, 1979).
Tuvo la bendición de viajar y curtirse de las importantes corrientes de ideas que nutrieron con gran significación sus aportes por una sociedad de progreso, ciencias y practicante de los valores humanos. Forjador de un Libertador que le agradece con unas palabras que retumbarían a cualquier maestro al final de sus días "Yo he seguido el sendero que usted me señaló: No puede usted figurarse cuan hondamente se han grabado en mi corazón las lecciones que usted me ha dado; no he podido jamás borrar siquiera una coma de las grandes sentencias que usted me ha regalado. Siempre presente a mis ojos intelectuales, las he seguido como guías infalibles"
Qué impresionante hombre, en medio de las dificultades y carencias, logró sellar su transcendencia en la historia como un hacedor de libertad, de independencia y de valor inquebrantable por la construcción de una República de ciudadanos.
 Maestro…Maestra qué estás haciendo tú hoy por ello…?