martes, 24 de septiembre de 2013

Escalando la Pirámide del Éxito…(Parte I)

En la Universidad teníamos un profesor que sin duda alguna recordaremos muchos dado que llegaba en su auto y a todo volumen la canción de la famosa salsera Celia Cruz "La vida es un carnaval" para sorpresa de todos pues según sus exalumnos había sido un gruñón que le exasperaba la vida a todos. "La vida es una hermosura…en la vida no hay nadie sólo…No hay que llorar que la vida es un carnaval…hay que vivir cantando…todo aquel que piense que la vida es cruel nunca estará solo Dios está con el…" bailan las letras en medio de un contagiante ritmo que llena de alegría y entusiasmo hasta al más dormido de una sala de baile. A su manera invitaba a cada uno de nosotros a mantenernos optimistas y animados a conquistar al principal socio que tiene todo proyecto: Uno mismo.
En este sentido, Rafael Alfonso días atrás nos comentaba en Valencia sobre la importancia de la Fe y la Esperanza como elementos que sostienen a una persona en la conquista del éxito que Dios ha dispuesto para cada uno de nosotros. Para ello nos presentó el método de un gran entrenador norteamericano de basketball John Wooden (1910-2010) que constituyen un conjunto de principios y valores que conforman la Pirámide del Éxito, diseño que exalta una vida en continua superación y en el que "el éxito solo tiene que ver con que cada jugador haga lo mejor que puede dentro de sus circunstancias" (Sucre, 2010). Una propuesta de seis niveles en cuya base se establecen cinco aspectos básicos, a saber: Laboriosidad, que conviene en asumir el trabajo con voluntad y en entender que todo equivale a esfuerzo diario. No hay logro sin trabajo. "El corazón y la mente deben impulsar nuestras acciones" (Conade, 2013). El segundo principio es el "Entusiasmo", resulta en hacer lo que realmente se disfruta haciendo. Deben hacerse las cosas con pasión y contagiar a otros a desarrollarlas con ímpetu.
Seguidamente completan la base tres elementos que hoy día hacen bastante falta: la Amistad, como valor que implica querer sinceramente al otro y en base a esa estima impulsar el esfuerzo conjunto y nada personalista. Un sentimiento como tal vincula los unos a los otros dando sentido a las actividades. Luego la Lealtad, donde exige ser confiables a los otros, ser leal a uno mismo y con los demás viabiliza los objetivos comunes. Y la Cooperación, resultante del genuino interés para ayudar a los otros, respetarlos y entenderlos para hacer las cosas lo mejor posible, sin imposiciones ni manipulaciones.
¿Cómo estamos en nuestras vidas, en nuestro desenvolvimiento cotidiano con esta base que propone la pirámide? Continuará…

Escalando la Pirámide del Éxito… (Parte II)

Iniciamos la escalada la semana pasada a la Pirámide del Éxito que propuso el famoso entrenador norteamericano John Wooden (1910-2010), en una serie de principios y valores que en la práctica cotidiana y organizada permiten alcanzar los objetivos planteados. Todos alguna vez seguramente han escuchado la frase que reza "El éxito no es una destino, es un camino" así como otra más exigente aún dice "Fácil tener éxito, lo difícil es mantenerlo", en cualquier caso, las premisas que propone este método buscan impulsar durante el  "caminar" de cada quién los triunfos necesarios.

En general entendemos el éxito como sueños cumplidos, metas alcanzadas, acumulación de cosas, suntuosidad, todas seguramente influenciadas por personas que a nuestro alrededor la entiende según la ha vivido, sin embargo, la definición de Wooden del éxito va mucho más allá: "es la paz mental consecuencia directa de la satisfacción personal de saber que has hecho el esfuerzo de convertirte en el mejor que eres capaz" (Diestre, 2009), otras traducciones la presentan como "El éxito es la paz mental que nace como resultado natural de la íntima satisfacción lograda al saber que uno hizo lo mejor que pudo para convertirse en lo mejor que uno es capaz de ser" (Carrillo, 2000).

En el artículo anterior presentamos la base que la fundamenta la Laboriosidad (trabajo voluntarioso), el Entusiasmo (corazón en lo que se hace), la Amistad (como sentimiento de unión), la Lealtad (confianza y autenticidad personal) y la Cooperación (ayuda y respeto mutuo). Continúa el cuerpo de la pirámide los siguientes elementos, a saber la Iniciativa, como actitud de coraje para adelantarse a las cosas, no esperar porque otros decidan sino tomar partido con arrojo. El fracaso siempre es una posibilidad pero conducente siempre al triunfo. Luego la Perseverancia, "para quien no sabe a dónde va cualquier viento le favorece" insistía la amiga Guadalupe (+) sugiriendo la importancia de establecer la hoja de ruta y los objetivos a fijarse y actuar con propósito y persistencia cada vez.

Seguidamente, el Autocontrol, la amiga Mary Sánchez (2012) le llamaba Equilibrio, aspecto íntimamente ligado al sentido común y templanza en la actuación sobre todo en los momentos de presión y tensión. Controlar las emociones resulta de un hábil manejo de nuestros sentimientos y carácter. Y por último en este nivel, el Mantenerse Alerta, para ello hay un conocido refrán "camarón que se duerme, se lo lleva la corriente" y no pude ser más certero dado que este elemento sugiere que el exceso de confianza, la indiferencia o la arrogancia impiden adaptarse a las cambiantes situaciones que se presentan cada día. Nos adaptamos o transformamos las realidades siempre que haya disposición a aprender. Continuará…

 

Escalando la Pirámide del Éxito… (Parte III)

Llevamos casi un mes escalando y sin duda ha resultado interesante comprobarla efectividad de este modelo propuesto por John Wooden John Wooden (1910-2010) llamado la Pirámide del éxito, con el que este famoso entrenador norteamericano logró cosechar importantes logros en su vida. Parece un significativo aporte para la gerencia de nuestra persona y de nuestro entorno, bien como miembros de una familia y tanto más como empleados y procurando trascender como ciudadanos útiles y comprometidos con el bienestar. Lo importante de este esquema es que responde a un modelo mental que implica el autoconocimiento y un proceso de clarificación de valores que es fundamental para una verdadera proyección de las metas alcanzadas.

Necesaria es la reflexión sobre cómo el facilismo, la falsa minusvalía, el amiguismo, la sinvergüencería, la "viveza criolla" han impulsado con cinismo y desparpajo que mediante esas maneras corruptas se alcanza el éxito, sin contar los medios de comunicación que tácitamente las exalta a través de programas que desdicen de la importancia que tienen en la construcción de una sociedad comprometida con el ser humano. Y salpicamos a ellos dada su influencia en la actualidad lo cual no es un secreto más no su obligación. Resulta preocupante para una sociedad cuando un joven prefiera lavar paredes de una oficina o el carro de un profesor antes que sentarse a investigar sobre los contenidos de un examen y esperar con ello dar por aprobado competencias en una asignatura. ¿Qué estamos haciendo?

La pirámide continúa en tres bloques que coinciden mucho con estas ideas anteriores, corresponde a la Condición, no sólo física, sino mental y moralmente. Debemos estar preparados para las distintas situaciones que se presentan. Nadie logra algo si no está se está preparado y menos si no tiene la templanza para superar el potencial. Esto presenta a la Destreza, que requiere de conocimientos y habilidades para llevar a cabo las acciones necesarias. "Uno debe aprender a reaccionar apropiadamente, casi en forma instintiva" (Campillo, 2000). Hay quienes valoran una gran destreza y poca experiencia antes que mucha experiencia y poca destreza (Carrillo, 2011). Por último, el Espíritu de Equipo que implica una exigente capacidad para pensar en "colectivo", Wooden indicaba que "las metas particulares quedan supeditadas al éxito del equipo; sólo la fuerza y la unión de todos es lo que llevará al triunfo", este bloque sin duda me recuerda a Wayne Dyer, escritor humanista, cuando invita a despojarnos de ese "ego" que nos encarcela e impide apreciar las grandezas de las personas que nos rodean. Una gota de agua no hace invierno escuché alguna vez…continuamos escalando! 

Escalando la Pirámide del Éxito… (Parte IV)

Hoy corresponde finalizar esta escalada por la pirámide que ha propuesto John Wooden (1910-2010), entrenador norteamericano, y promotor de valores y principios necesarios para el logro exitoso de las metas personales y colectivas. Quince aspectos que constituyen un camino interesante de clarificación personal y que allanan el recorrido para mantenerse estable junto a los objetivos alcanzados, a saber: Laboriosidad, Amistad, Lealtad, Cooperación, Entusiasmo, Autocontrol, Mantenerse Alerta, Iniciativa, Firmeza, Condición, Habilidad, Espíritu de Equipo y los tres que comentaremos hoy Equilibrio, Confianza y Competitividad.

Cabe destacar que este esquema de vida planteado por el entrenador le permitieron establecer récords de campeonatos ganados en los Estados Unidos, que evidentemente prueban la proyección de esos elementos como útiles herramientas personales que no sólo se aplica al ámbito deportivo sino también a otros escenarios dado que sus planteamientos buscan que cada quien haga lo mejor que pueda en medio de sus circunstancias y evite quedarse dormido en los laureles o en las mieles del éxito.

El vértice de la Pirámide del Éxito de Wooden está condicionado a los resultados de los escalones previos y que hemos presentado inicialmente. Así el Equilibrio (o el carácter como lo reseñan otros documentos) implica mantenerse auténtico ante las circunstancias y será indispensable ante aquellas que sólo presenten contrariedades. Una buena amiga me comentaría que este principio lo sostiene la templanza. Lo anterior lo acompaña la Confianza en sí mismo, es imposible alcanzar resultados si no estamos seguros de nuestra propia capacidad y ergo necesaria para que los otros confíen en nosotros. Sin ser prepotentes, la confianza se gana no se da, lo que implica ser humildes en la acción.

Por último, la Grandeza de la Competencia, cuando más se necesita, rinda al máximo y cada día es oportuno para hacer mejor las cosas. No es sencillo alcanzar la cima pero sin duda las dificultades sazonan el éxito. Son esos momentos los que hacen madurar a las personas y "responder con valentía a los retos". Imperativa la reflexión actual sobre cuánto de ello estamos haciendo los venezolanos para lograr el máximo bienestar individual y colectivo. San Francisco de Asís afirmó alguna vez "Empieza por hacer lo necesario, luego lo posible y, de pronto, te encontrarás haciendo lo imposible", hoy más que nunca iniciemos con lo necesario para alcanzar los sueños que nos hacen grandes como ciudadaos y como nación…!

@angelgr31