martes, 24 de septiembre de 2013

Escalando la Pirámide del Éxito… (Parte II)

Iniciamos la escalada la semana pasada a la Pirámide del Éxito que propuso el famoso entrenador norteamericano John Wooden (1910-2010), en una serie de principios y valores que en la práctica cotidiana y organizada permiten alcanzar los objetivos planteados. Todos alguna vez seguramente han escuchado la frase que reza "El éxito no es una destino, es un camino" así como otra más exigente aún dice "Fácil tener éxito, lo difícil es mantenerlo", en cualquier caso, las premisas que propone este método buscan impulsar durante el  "caminar" de cada quién los triunfos necesarios.

En general entendemos el éxito como sueños cumplidos, metas alcanzadas, acumulación de cosas, suntuosidad, todas seguramente influenciadas por personas que a nuestro alrededor la entiende según la ha vivido, sin embargo, la definición de Wooden del éxito va mucho más allá: "es la paz mental consecuencia directa de la satisfacción personal de saber que has hecho el esfuerzo de convertirte en el mejor que eres capaz" (Diestre, 2009), otras traducciones la presentan como "El éxito es la paz mental que nace como resultado natural de la íntima satisfacción lograda al saber que uno hizo lo mejor que pudo para convertirse en lo mejor que uno es capaz de ser" (Carrillo, 2000).

En el artículo anterior presentamos la base que la fundamenta la Laboriosidad (trabajo voluntarioso), el Entusiasmo (corazón en lo que se hace), la Amistad (como sentimiento de unión), la Lealtad (confianza y autenticidad personal) y la Cooperación (ayuda y respeto mutuo). Continúa el cuerpo de la pirámide los siguientes elementos, a saber la Iniciativa, como actitud de coraje para adelantarse a las cosas, no esperar porque otros decidan sino tomar partido con arrojo. El fracaso siempre es una posibilidad pero conducente siempre al triunfo. Luego la Perseverancia, "para quien no sabe a dónde va cualquier viento le favorece" insistía la amiga Guadalupe (+) sugiriendo la importancia de establecer la hoja de ruta y los objetivos a fijarse y actuar con propósito y persistencia cada vez.

Seguidamente, el Autocontrol, la amiga Mary Sánchez (2012) le llamaba Equilibrio, aspecto íntimamente ligado al sentido común y templanza en la actuación sobre todo en los momentos de presión y tensión. Controlar las emociones resulta de un hábil manejo de nuestros sentimientos y carácter. Y por último en este nivel, el Mantenerse Alerta, para ello hay un conocido refrán "camarón que se duerme, se lo lleva la corriente" y no pude ser más certero dado que este elemento sugiere que el exceso de confianza, la indiferencia o la arrogancia impiden adaptarse a las cambiantes situaciones que se presentan cada día. Nos adaptamos o transformamos las realidades siempre que haya disposición a aprender. Continuará…

 

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