sábado, 11 de agosto de 2012

Identidad Nacional… ¿asunto de quién? (Parte II)


Quizá la semana antepasada fuimos duros con la responsabilidad de la Escuela en promover los elementos de la identidad nacional venezolana. No deja de asombrarme como docente cada vez que entro a una escuela por ejemplo y en pleno “compartir” (dícese del espacio de jolgorio, comida y hacer nada) por cualquier motivo (desde un fin de proyecto de clases hasta el cumpleaños de un niño o de la querida maestra) retumba en NUESTRAS aulas una música estridente y vulgar y si te atreves a recomendarle a la ilustre maestra entonces inmediato justifica… “¡Vale eso es lo que escuchan siempre, en su casa, en todos lados, déjalos vivir (o peor cuando dicen déjalos ser)!” No entiendo como alguien encargada (o) de dirigir, aclarar, enseñar a ser crítico (a), a pensar, a fomentar el aprecio por lo nuestro pueda dar una respuesta como esa.
¿Cómo un niño o joven o adulto incluso, aprende a apreciar si sus principales modelos de vida no sólo ignoran sino que desprecian muchas veces los elementos que debemos honrar por simbolizar un bagaje cultural, histórico, originario que como venezolanos nos identifica? (seguro el lector recuerda al maestro hablando o en mala posición al momento de entonar nuestro himno, o como ocurre ahora los jóvenes escondiéndose en los baños para no cumplir con el acto cívico). Discutía hace meses con mi estimado prof. Tomas el hecho de que estos sucesos más los relativos a la planificación docente hacen propicia la oportunidad para iniciar investigaciones más localizadas, contextualizadas a esas realidades que parecen evidentes pero no sistematizadas ni menos justificadas en marco teórico alguno.
Todos insisten en la importancia de fomentar valores de la identidad nacional y entonces se entusiasman en disfrazarse ante cualquier efeméride y queda todo en una anécdota del día y ni hablar de los padres pagando facturas para “cumplir” con la tarea y los más entusiastas tomando fotografías como locos para “apreciar el traje” en el cuerpo del hijo(a). Si eres optimista preguntas qué significa todo el montaje realizado y podrías escuchar esto con sincera humildad “la tarea que la maestra se inventó o nos mandó”. Cumplido el objetivo escrito en el papel. ¿Y en el corazón de esos estudiantes? ¿Y en el alma? Más sencilla ¿en su cerebro?
Y pensar que al inicio del artículo quería comentar eso de “que en la casa escuchan eso” y el papel de los representantes como ciudadanos responsables del semillero de valores que deben sembrar en sus hijos… Seguiremos repicando campanas abrazándonos a una máxima que me encanta “Formémosnos una patria a toda costa y todo lo demás será tolerable”…del grande Bolívar.
@angelgr31  @repicarcampana

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