sábado, 11 de agosto de 2012

Identidad Nacional… ¿asunto de quién? (Parte I)


En anteriores oportunidades hemos comentado la triste realidad en nuestras instituciones educativas sobre la práctica y fomento de los elementos que caracterizan a la identidad nacional venezolana, que superficialmente se evidencian en el irrespeto a los símbolos patrios, el desconocimiento de nuestras raíces y una marcada adopción de modismos extranjeros, y que sale al tapete cuando se evalúan los logros de las actividades que se han desarrollado durante un año escolar. Y en esa área, como diría un docente en el tercer lapso “estamos reprobados” y la lleva a Revisión.
¿Quién tiene responsabilidad de promocionar los aspectos que nos identifican como venezolanos habitantes de este hermoso territorio bendecido por Dios? Cuche (2008) señala a la identidad como “un estado de conciencia, el sentimiento más o menos explícito de pertenecer a un grupo…o comunidad” unidos por la pertenencia y los intereses comunes, de tal manera que la respuesta a la cuestión anterior sería “Cada uno de nosotros es responsable como Todos también”, un proceso dinámico y transformador que exige de la persona un real compromiso para asumir su identidad personal y social.
Sin embargo, siempre la escuela resulta acusada en el banquillo cuando un chico o chica no practica ni manifiesta aprecio real por nuestra cultura, nuestras costumbres, nuestra idiosincrasia. La escuela es un espacio importante y quizá con mayores oportunidades para generar el afianzamiento de los valores nacionales, pero si el docente no planifica adecuadamente, no muestra coherencia en sus acciones como venezolano, no creemos resulte muy efectiva. De hecho, hay investigaciones que demuestran que muchos docentes ni siquiera conocen los contenidos que establecen los programas que suministra el Estado para las distintas asignaturas del sistema educativo. Otras por su parte, insisten en la importancia de resaltar la identidad nacional y hasta lo proponen como un eje transversal aparte de los actuales como un mecanismo desesperado ante la situación presente en la sociedad.
Elaborar carteleras, vestirse y bailar danzas tradicionalistas, propiciar espacios para juegos tradicionales no son suficientes si cada docente no está “consciente” de su rol como líder de la comunidad que acompaña. Parece una dura crítica a la escuela actual pero es innegable lo que está a la vista. En próximos artículos también reflexionaremos sobre quienes acompañan en esta labor a la escuela y cómo revertir esta situación sin que en el mañana quedemos atrapados en un sin sabor de la nada, de los nadie y de lo olvidado.
@angelgr31

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tus comentarios son importantes...Danos tu opinión!