Abriendo un
paréntesis en el tema que venimos desarrollando sobre la Identidad
Nacional no podíamos dejar pasar por el alto la culminación de las
actividades de fin de actividades escolares en nuestras Instituciones
educativas. El ansiado día 200 del calendario. Es inevitable no
hacer referencia a ello dada las condiciones que rodearon este
significativo momento.
El Ministerio del
Poder Popular para la Educación desplegó unas Jornadas Municipales
de Formación Docente sobre los avances del Currículo de Educación
Bolivariana durante la última semana de julio con la finalidad de
conocer los puntos de vista de quienes hacemos vida en las aulas
junto a nuestros estudiantes. Interesante labor que busca propiciar
cada vez más la concienciación de las acciones que acomete cada
responsable de la acción pedagógica en el entorno. Mucho se ha
informado que existen importantes aportes a la didáctica venezolana
pero son pocas las referencias que se evidencian dado que la mayoría
de los docentes no sistematiza su propia producción en el desarrollo
de las actividades, estrategias y formas de relacionamiento con la
comunidad lo que dificulta una comprensión real de los aportes que
realiza el magisterio a un currículo innovador.
Estas jornadas
buscan precisamente incentivar en el docente al pensamiento crítico,
a la reflexión, a concienciar no sólo acerca de los retos y
desafíos de una educación cada vez más compleja por sus exigencias
sino también se sienta valorado en sus aportes intelectuales al
sistema. Sin embargo, mucho queda por hacer en el aspecto de
valoración de la actividad profesional docente. Realmente aplaudimos
el esfuerzo de maestros y maestras quienes a pesar de las evidentes
incomodidades en las distintas sedes de formación docente en la
ciudad porteña no sucumbieron a las mismas para participar
activamente en el desarrollo de las mesas de trabajo y
sistematización de aportes a los temas planteados en la actividad.
Siendo el Estado
docente que se propugna en la Carta Magna, debe asumirse como el
primer formador de la patria y en este sentido el grande Robinson
indica que “No hay interés donde no se entrevé el fin de la
acción. Lo que no se hace sentir no se entiende, y lo que no se
entiende no interesa. Llamar, captar y fijar la atención, son las
tres partes del arte de enseñar. Y no todos los maestros sobresalen
en las tres”, por lo que invito a cada maestra y maestro, en todas
las instancias educativas conocidas, a la autorevisión crítica que
nos permita evaluar con honestidad cómo estamos transcendiendo en la
enseñanza y podamos con firmeza consolidar una República de
ciudadanos libres, justos y más considerados hacia los demás, tal
como fuera la pretensión del Libertador Simón Bolívar. Que
disfruten sus vacaciones merecidas y rogamos porque el nuevo año
escolar impriman con su obra la historia de la patria Maestros y
Maestras…
(*) En Venezuela el año escolar se desarrolla en 200 días por período lectivo.
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