lunes, 22 de julio de 2013

Vocación, ¿dónde encontrarte? (II)

El anterior artículo dejó un grato recuerdo entre los lectores pues así lo hicieron saber. Mis alumnas quedaron como al descubierto y hasta cambiaron de actitud. Muchos afirmaron que ciertamente se enfrentaron a muchas "moscas" (dícese de aquellas personas negativas de la parábola contada) cuando decidieron optar por la profesión docente, pero más fuertes fueron las abejas que endulzaron la existencia con su apoyo.

Vaya privilegio el de la enseñanza. Cada vez que se entra a un aula de clase se convierte en un reto, pues significa conquistar cada voluntad para construir utopías. Conversaba con un gran amigo cómo era el sistema de formación en las primeras décadas del siglo XX y sin duda es mucho lo que se ha avanzado pero no necesariamente en el convencimiento de quien acoge a está carrera como labor.

Sin embargo, como docente ciertamente el enfoque de la vocación presentado está relacionado a este ámbito pero cualquiera sea la opción profesional siempre la persona se encuentra con serias dubitaciones para decidir, incluso en la misma familia no se entienden ciertas posiciones. Hay una anécdota extraída de la vida real de un trabajo realizado en julio pasado para ubicar a los niños a la tercera etapa y es la siguiente: los niños comunican a sus padres su inclinación a ser "bombero, enfermera, médico" y los padres les reniegan esas profesiones por "peligrosas, mal pagadas". Ya jóvenes entonces vuelven a informarle a papá y mamá que mejor optarán por "la ingeniería, la odontología, la arquitectura" y otra vez ellos les espetan "¿cómo? ¡Esas carreras son costosas! olvídate de eso". Ya en el último año no le queda otra que preguntarle a ellos como "sabelotodo" qué opciones coloca en la famosa "planilla del CNU" y de seguro ustedes saben la respuesta: ¿¡qué voy a saber yo de eso?! Tú eres quien va a estudiar no yo, tú eres el que sabe lo que te gusta!! ¿Sí o no sucede esto con frecuencia? Muchos representantes en julio pasado me lo corroboraron.

Y es verdad, la vocación tiene tres elementos intrínsecos (según Gómez, 2006) que al menos lo ubican en la propia persona para hallarle y son lo que denominé los "QPS", es decir, Querer hacer, Poder hacer y Saber hacer, refiere cada elemento pues a las fortalezas que posee para emprender una vida profesional. Se sugiere que se encauce sobre todo el saber hacer, pues ello garantiza metas realizables que le podrían garantizar al joven un camino exitoso y hasta acumular capital para dedicarse luego al querer hacer. Y en esto inciden otros aspectos extrínsecos y son los referidos a la opción vocacional como "socialmente necesario" y "económicamente factible" que hablan por sí solos.

Una sana lectura, un sabio consejo, una voluntad inquebrantable, no tener límites para soñar, entusiasmo a prueba de obstáculos y confianza en Dios por encima de todo ayudan a encontrarte.

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